La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) presentó recientemente el Manual de calles: diseño vial para ciudades mexicanas. Se trata del primer documento en la historia del país que compromete a todas las vialidades en la mejora de su diseño. Con este valioso avance no sólo se esperan impactos en la movilidad de los ciudadanos sino que se apela, también, a lo que históricamente han logrado ciudades como Copenhague o Ámsterdam: una mejor calidad de vida y de experiencia urbana para los habitantes.
Que exista este tipo de normatividad otorga un derecho a los ciudadanos para cohabitar en lugares eficientes y seguros. Advierte la Secretaria, Rosario Robles, que: El Manual de calles se extenderá en el resto del país como parte del establecimiento de políticas públicas. Es importante que la SEDATU haya establecido esto a partir de la consulta ciudadana, el diálogo con gobiernos locales y federales y el análisis de ciudades como: Aguascalientes, Ciudad de México, Guadalajara, Mérida, Monterrey y Tijuana. En el boletín de prensa, la SEDATU escribe que el manual pretende abordar de una mejor y más eficiente manera conceptos como sustentabilidad, seguridad, inclusión e igualdad.
Debido al flujo humano, el tráfico vehicular y las contingencias a las que puede estar expuesta una ciudad (inundaciones, terremotos, incendios, etc.), la traza urbana eficiente y con visión juegan un papel clave tanto en el tránsito cotidiano como en caso de emergencias. Además ciudades como, por ejemplo, la capital mexicana, hasta ahora no han logrado efectos positivos en cuanto a movilidad urbana se refiere; por ejemplo, con el simple hecho de que el civismo se acople a las leyes de vialidad, según las cuales el peatón tiene la prioridad en el transitar.
En México cada vez son más las personas que utilizan coche, y por lo tanto, son cada vez más las vialidades –y el presupuesto– que se destina a la movilidad vehicular. Si este manual puede incentivar a que esta conciencia colectiva cambie, todos los ciudadanos mexicanos transformarían, sin duda, la experiencia cotidiana de habitar México. Y de este modo, la ciudadanía iría adoptando el comportamiento que la propia ciudad le brinde. De trabajarse en ello, este podría ser un plan ambicioso para hacer valer los derechos de vialidad de los peatones (que en esencia somos todos).
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